Los métodos aconceptivos son las prácticas que evitan la concepción, situaciones de por sí no conceptivas, sin añadir nada más. Se diferencian de los métodos anticonceptivos en que la mayoría de estos no son 100% naturales, suelen tener un coste y se olvidan de favorecer otras prácticas que no sean la penetración. Así, desde la óptica de la aconcepción, se busca descoitalizar y desgenitalizar las relaciones sexuales. No se trata de abstinencia, sino de que usar o no métodos de barrera deje de ser un problema. Con estas otras conductas sexuales, también placenteras, nunca hacen falta métodos anticonceptivos. Y sólo en algunos casos, métodos de barrera.
Se trata de una filosofía de la sexualidad mucho más amplia, donde los genitales no están excluidos pero se tiende a evitar la cópula pene/vagina, favoreciendo otro tipo de relaciones que enriquecen el conocimiento del cuerpo y el goce de los cinco sentidos. Mirar, contemplar, besar, lamer, morder, succionar, rozar, acariciar, palpar, friccionar, masajear… El placer para la vista de contemplar realmente el cuerpo de la otra persona… O el deleite para el tacto de descubrir las texturas de la piel con un masaje de aceites esenciales. Por supuesto también está el sexo oral, que no tiene por qué centrarse en los genitales. Se trata de evitar la penetración y así el embarazo (en caso de parejas heterosexuales).
Aquí desmontamos algunos mitos sobre la aconcepción:
“La aconcepción consiste en no penetrarse y en que no haya presencia de los genitales”
Con las prácticas aconceptivas puede haber penetración de dedos, lengua, con juguetes… También se pueden acariciar, masturbar, besar, frotar los genitales. Pero se trata de que no haya penetración pene/vagina, es decir, cualquier práctica que tenga peligro de un embarazo no deseado.
“Si practicamos la aconcepción seguro que no tenemos que usar métodos de barrera”
Lo que no tenemos que usar son métodos anticonceptivos. La aconcepción evita la concepción, no las enfermedades de transmisión sexual. Muchas de las infecciones se transmiten por contactos que no son la penetración pene/vagina. El sexo oral besando los genitales o el sexo anal tienen también peligro. Además existen otras infecciones más comunes que el VIH/SIDA de las que parece que nos olvidamos. Aquí no está de más recordar a profesionales de la sexología/ginecología lo inadecuado que es sobreentender que una persona es heterosexual cuando se le pregunta ¿usa métodos anticonceptivos? No es lo mismo un método anticonceptivo que un método de barrera. ¿Acaso no es una óptica heterocentrista que se fija sólo en la salud reproductiva y no en la salud sexual?
“La aconcepción es aburrida. Sin penetración y sin genitales no se puede disfrutar, es con lo que se siente más placer”
Aunque recordamos que ciertos tipos de penetración y de estimulación genital pueden estar presentes, no es cierto que la penetración pene/vagina (en caso de parejas heterosexuales) sea lo que da más placer. Según todos los estudios, la mayoría de las mujeres disfrutan más con otras prácticas. Si queremos dejar a un lado los genitales, las zonas erógenas o las propias fantasías son fuente de verdadero disfrute. Pero si no, la estimulación del clítoris (que mide aproximadamente 10 centímetros y que algunos estudios afirman que podría ser parte del punto G, en la entrada de la vagina), es el punto que mayoritariamente hace llegar a las mujeres al orgasmo.
“Lo que está diciendo este post es que alarguemos los preliminares”
El término preliminares está desechado por la sexología. No son preliminares, son en sí mismos parte de la relación sexual. Muchas personas han descubierto que sólo con esas prácticas pueden llegar al orgasmo, no necesitan el coito vaginal. De hecho, tampoco es correcto asimilar el primer coito a “la primera vez”, ni hablar de “perder la virginidad”, la primera vez que se tiene esta práctica, o de “follar” sólo cuando hay penetración. La sexualidad es muy amplia y diversa, incluso abarca mucho más que simplemente las relaciones sexuales.
Por último, recordar que la aconcepción es muy recomendable para las adolescentes no sólo para conocer su cuerpo, sino como forma de empoderamiento. Atreverse a decir que no a la penetración en las primeras citas suele resultarles difícil por el deseo de complacer. Esto resulta especialmente conflictivo cuando el chico no quiere ponerse el preservativo. Igualmente problemático es en las jóvenes de relaciones más estables. Las variables de enamoramiento, confianza y, sobretodo, la negativa del varón a usar métodos de barrera son las mayores causas de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. No decimos de demonizar el coito, pero… Es cuestión de proponerse otras alternativas en el sexo: masturbación, juguetes con vibración, masajes, cambio de roles, sexo anal con protección… ¿Ellos saben dónde está su punto “P”…?