En México, la fecundidad adolescente se mantiene en niveles muy altos. Uno de cada quince embarazos son de chicas adolescentes, de estos un 31,2% es de jóvenes en edades entre los 15 y 19 años de edad.
La edad promedio en la que las adolescentes mexicanas inicia su vida sexual es de 14,6 años. En un 90% habrían recibido cierta información sexual aunque menos de la mitad usa algún método anticonceptivo. La causa de no utilizar anticonceptivos suele ser por descuido, miedo a los padres o porque confiaban en que no se embarazarían.
En el caso de recurrir a algún método anticonceptivo los más utilizados son el condón y la píldora anticonceptivas, ambos métodos dependen mucho de su uso correcto para ser eficaces, algo que puede estar también influyendo también en mantener relaciones sexuales no seguras.
Esta situación obliga a ampliar el acceso y el conocimiento del uso apropiado de los métodos anticonceptivos, sobre todo dirigidos a la población juvenil. Actualmente existe un gran oferta de anticonceptivos modernos de larga duración cuyo acceso debe ser garantizado como política pública necesaria si queremos reducir el embarazo adolescente en México.
Como parte de esta estrategia de acceso a la anticoncepción y con el objetivo de identificar las necesidades reales de las jóvenes así como la percepción del personal médico respecto a estas necesidades anticonceptivas. Destacamos los resultados de la macroencuesta mundial Think About Needs in Contraception” (TANCO), que se realizó en 8 mil 875 mujeres y 879 médicos (ginecólogos y obstetras) de 14 países.
Respecto a los datos más relevantes de esta encuesta relativos a México, destacamos:
- En un 84% las mujeres mexicanas desearían recibir información anticonceptiva por parte de sus médicos de manera regular. Este porcentaje es mayor que el número estimado por los médicos.
- Las píldoras combinadas son el método más utilizado por las mujeres (13%), seguido por métodos anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC por sus siglas en inglés) como el Sistema Intrauterino liberador de hormona (11%) y el DIU de cobre (7%).
- Un 58% de las mujeres olvidan ocasionalmente tomar las pastillas anticonceptivas, lo que provoca miedo y una fuerte carga emocional, al incrementar el riesgo de un embarazo no planificado. De estas mujeres, solo 34% contactó a su médico para buscar orientación sobre esta situación.
- Más del 50% de las mujeres han utilizado anticonceptivos de emergencia en el pasado, e incluso 30% lo consumieron dos o más veces por problemas de cumplimiento de la píldora regular.
* El 82% de las mujeres considerarían el uso de un método LARC como una opción si recibieran información de los mismos por parte de sus médicos. No obstante, los médicos sólo consideran que el 64% estarían interesadas en estos métodos.
Según estos datos, un aspecto importante en el comportamiento anticonceptivo de las mujeres mexicanas es el olvido y el mal uso de algunos anticonceptivos. Algo que podría reducirse con una política eficaz que promueva los métodos de larga duración como alternativa importante para ayudar a mujeres jóvenes a planificar su vida reproductiva.