El embarazo es un proyecto que inician muchas mujeres. Si la fertilidad se ve resentida, algunas personas reciben mensajes erróneos acerca de la relación de ésta con los anticonceptivos. En este post, queremos ofrecer información rigurosa sobre la influencia de los métodos contraceptivos en la fertilidad, para que ese momento tan deseado no se viva con un estrés innecesario.
La conclusión de las personas expertas es definitiva: los métodos anticonceptivos no afectan a la fertilidad. La preocupación mayoritariamente se suele referir a los anticonceptivos de larga duración, especialmente hormonales. Esto se debe a que afectan al ciclo menstrual, impiden la ovulación. Pero sea cual sea su aplicación (oral, como la pastilla anticonceptiva, transdérmica, como el parche, o vaginal, en el caso del anillo), la fertilidad se recupera cuando vuelve la menstruación (de 2 a 3 meses).
Esther de la Viuda, ginecóloga y presidenta de la FEC (Fundación Española de Contracepción), es rotunda: “La relación entre métodos anticonceptivos y problemas de infertilidad o mayor facilidad para quedarse embarazada o tener embarazos múltiples es un mito, no tiene base científica. Tras utilizar cualquiera de estos métodos anticonceptivos, la mujer puede recuperar su fertilidad inmediatamente igual que si no los hubiera usado nunca”.
De hecho, desde que se empezó a usar la píldora anticonceptiva en los años 60, se ha avanzado en la composición de la contracepción hormonal para que cada vez tenga menos efectos secundarios. Ni siquiera es necesario el mes de descanso anual que se recomendaba antiguamente. Las pastillas de nueva generación, como las minipíldoras, han cambiado el tipo de hormona presente y la variación del patrón menstrual es distinta.
El método anticonceptivo que sí que produce un mayor retraso en la recuperación de la fertilidad es la inyección anticonceptiva. Al influir en la glándula encargada de regular la función ovárica (hipófisis), el ciclo menstrual tarda de 6 a 12 meses en volver a aparecer.
Por otro lado, los anticonceptivos hormonales pueden ser indicados por profesionales médicos para mejorar la fertilidad. Regulan el ciclo menstrual y ayudan a tratar el síndrome del ovario poliquístico. También pueden ayudar en el tratamiento de la endometriosis (causante, en ocasiones, de infertilidad). Una dosis idéntica y regular de estrógenos favorece que no exista tejido endometrial anormal. Diferentes estudios apuntan que los anticonceptivos orales no aumentan sino que disminuyen entre un 40-50% el riesgo de tumores de ovario y de endometrio.
El DIU (dispositivo intrauterino) más empleado es el compuesto de cobre. Produce una pequeña inflamación en el endometrio para que bloquee los espermatozoides. Puede preocupar por el temor de que se produzca una perforación en el útero. Este último caso es poco frecuente y se relaciona con una incorrecta colocación del dispositivo.
Un riesgo más real aunque tampoco muy prevalente sería contraer una enfermedad de transmisión sexual (gonorrea o clamidia, que afectan más a la trompa). Con revisiones ginecológicas periódicas, que son especialmente necesarias cuando hay relaciones sexuales y no se usa otro método, se puede prevenir. Por otro lado, el DIU endoceptivo, con progesterona, no presenta este riesgo, ya que protege de las infecciones de transmisión sexual.
En Guangdong (China), una investigación demostró que, una vez se retiraba el DIU, las mujeres presentaban tasas relativamente altas de embarazo (tres cuartas partes de las mujeres concibieron) y embarazo normales. El tiempo medio para quedarse embarazadas fue de 11 meses, dependiendo de la edad y del tiempo que emplearon el DIU.