Según la encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (ENIM) de 2015 , elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Representación en México del Fondo de Naciones Unidas para la infancia , una de cada cinco mujeres entre 15 y 19 años ha sido madre o ha vivido un embarazo. Además esta cifra aumenta (a dos de cada cinco) en el grupo de mujeres que, con el mismo rango de edad, no ha acudido a la escuela o solo cuenta con la educación primaria.
El embarazo adolescente en México es un grabe problema de salud pública que requiere políticas efectivas que no se están poniendo en marcha. Así, aunque el embarazo adolescente es más frecuenten en zonas rurales las cifras en zonas urbanas se ha incrementado, un ejemplo es Ciudad de México y el Estado de México, donde se concentran los mayores núcleos urbanos, y donde se dan los mayores índices de embarazo adolescente del país.
En este sentido, está comprobado que en países que tienen una educación sexual desde muy temprana edad se retrasa la edad de la primera relación sexual y se retrasa el primer embarazo. Hecho confirmado también en la ENIM donde se manifiesta que mujeres casadas o en unión , sin educación primaria, dice usar algún método anticonceptivo en el 60 por ciento de los casos. Cifra que se eleva al 66 por ciento en mujeres con educación primaria y a un 71 por ciento en mujeres con educación superior.
Como vemos, la educación formal es un factor que influye en la decisión de utilizar o no métodos anticonceptivos. Por lo que se hace imprescindible llevar la educación sexual a las aulas desde la educación básica de México, como así lo confirmó el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Christian Skoog.
Desde la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess), se advierte que al no proporcionar información adecuada sobre sexualidad desde los niveles de educación básica, se deja en una situación de enorme vulnerabilidad a los niños y niñas mexicanas. Además, advierten de la necesidad urgente de actualidad los contenidos sobre sexualidad, presentes en los libros de texto gratuitos, por haber quedado obsoletos ya que no se actualizan desde finales de los años 90 de siglo pasado.
Sobre esta actualización ya se ha pronunciado el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuños, que ha afirmado que no habrá ningún cambio en los contenidos de la educación sexual en los libros de texto. Esta decisión viene a dar respuesta a la demanda realizada por grupos conservadores que se oponen a que la educación sexual se imparta en las escuelas. Grupos como el Frente Nacional por la Familia que denuncia que actualizar contenidos para incluir temas como la diversidad u orientación sexual, es un ataque a la “familia natural y la institución del matrimonio conformada por un hombre y una mujer”.
Esta decisión del Secretario de Educación Pública de no actualizar y ampliar contenidos sobre educación sexual para incluir también temas como la diversidad sexual, la prevención de enfermedades de transmisión sexual o promover decisiones responsables e informadas. Va en contra de varias normativas ratificadas por México. Entre ellas la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación” de la Conferencia Mundial del VIH/SIDA firmada por México en 2008, donde los países firmantes se comprometían a integrar para 2015 un programa de educación sexual en el 75 por ciento de la escuelas y en todos los niveles. Además se comprometían a formar al profesorado y capacitarlos para abordar de una forma integral la educación sexual en la escuela.
La decisión del Secretario de Educación Pública de no tocar los desfasados contenidos sobre sexualidad que aparecen actualmente en los libros de texto, no parece una decisión coherente ni con los acuerdos internacionales ratificados por México ni con la estrategia para abordar el grabe problema de salud pública que suponen las espeluznantes cifras de embarazo adolescente en México.