La violencia obstétrica podemos definirla como un fenómeno de malos tratos y mala práctica médica que se presenta durante la atención al embarazo, parto o puerperio de la mujer.
Según académicas de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, miles de mujeres en México con víctimas de malos tratos, agresiones verbales y físicas en la labor de parto. Se dan también esterilizaciones no consentidas en las instituciones públicas y privadas de salud.
La violencia obstétrica se manifiesta de diferentes formas:
Según explican las profesoras Angélica Ramírez y Leticia Hernández, de la Escuela de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, en muchas ocasiones estás prácticas tan agresivas son normalizadas tanto por el personal de salud como por las mimas gestantes y las familias que piensan que cuánto menos se quejen mejor se las atenderá.
Además , de acuerdo con los datos recabados por la académica de la Universidad Nacional, sólo 17 entidades del país cuentan con reglamentación específica sobre la violencia obstétrica, mientras que en Chiapas e Hidalgo se han implementado modelos de atención basados en la interculturalidad, como en el Hospital de la Mujer de San Cristóbal de las Casas, donde se permite la colaboración de parteras y el uso de prácticas tradicionales.
Por otro lado, la violencia obstétrica es mas frecuente cuando las mujeres llegan al parto sin información previa y no tuvieron control prenatal, responsabilizándolas de las complicaciones que pudieran presentan tanto ellas como sus bebés.
Para prevenir esas situaciones, detalló Ramírez, es necesario que en las escuelas de medicina y enfermería enseñen a los profesionales de la salud a actuar con ética.
Para ello la autoridades competentes deben de actuar de forma decidida y contundente para abordar esta problemática. Algo que organizaciones como GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida …) denuncian que no se cumple, ya que es una situación recurrente en el país donde no se han producido políticas públicas de salud efectivas que eviten el maltrato obstétrico, tampoco para lograr que las mujeres ejerzan su derecho a la protección de la salud en todos los casos.
Tal y como señala Regina Tamez, directora de GIRE. “…, el gobierno debe reconocer que las mujeres viven violencia obstétrica e institucional en los hospitales públicos y trabajar para que las mujeres y recién nacidos no mueran. Además, que en los casos en que pretende hacer justicia, que son mínimos, lo haga de forma inmediata.