Según alertaron algunas profesionales de clínicas ILE en Ciudad de México, la pandemia de coronavirus ha provocado una disminución, de hasta un 40 por ciento en algunos casos, del número de mujeres que acceden a un aborto legal durante la pandemia.
La disminución en los transportes, el miedo al contagio o las restricciones de movimiento, hace que muchas mujeres que viajaban a Ciudad de México desde otras entidades del país (donde la interrupción voluntaria de embarazo no es legal) tengan seria dificultades para llegar a la capital y poder acceder a un aborto seguro.
Estas dificultades han originado una caída en el número de mujeres que llegan de otras entidades a Ciudad de México, como Guadalajara, Monterrey, Tijuana o Veracruz. Además las mujeres que acuden a las clínicas ILE lo hacen con más semanas de gestación que antes de la pandemia. Normalmente se atendía a mujeres con embarazos muy recientes entre las cinco y las ocho semanas, mientras que ahora llegan mujeres con diez o más semanas de gestación.
En Ciudad de México, el aborto es legal sin que la mujer tenga que alegar causa alguna, hasta la semana doce de gestación. Tras este periodo el aborto no es legal, salvo que la vida de la mujer esté en peligro. Es por ello que el tiempo es una variante fundamental para acceder a un aborto legal y seguro. Retrasar el procedimiento por dificultades en el acceso, hace que las mujeres se enfrenten a situaciones de gran vulnerabilidad y angustia.
Desde distintas organizaciones defensoras de los derechos sexuales y reproductivos, se viene advirtiendo de la necesidad de garantizar el acceso al aborto y a la anticoncepción, más en situaciones de emergencia sanitaria, ya que se prevé que las dificultades que enfrentan las mujeres pueda provocar un aumento del número de embarazos no deseados.
Según estimaciones del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidad (UNFPA), en México, de las 18 millones 375 mil 500 mujeres que usan anticonceptivos modernos, unas 869.880 dejaron de utilizarlos. Lo que va a generar un aumento de los embarazos no intencionales a raíz del coronavirus.