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Distintas investigaciones científicas desmotan la idea de que el aborto es una experiencia que inevitablemente afecta la salud mental de la mujer. Por el contrario, sus conclusiones apoyan que las mujeres que recurren a un aborto vivirán la experiencia de forma negativa o positiva, según la realidad que deban enfrentar en cuanto a las circunstancias personales, legales, culturales y familiares en las que se realice la toma de decisión y el procedimiento.
El impacto en la salud mental de las mujeres que deciden abortar depende de distintos factores, señalamos algunos:
1. No todas las mujeres reacción igual ante un aborto
La reacción de una mujer ante un embarazo no deseado depende de muchas circunstancias, tales como:
* Sus creencias religiosas o morales.
* Si se siente respaldada o no por su familia y/o pareja.
* Si su entorno rechaza o no el aborto.
* Las semanas de gestación en la que se encuentra.
* Su situación económica.
* y un aspecto muy importante, el carácter legal o no del aborto, es decir, si puede acceder a una interrupción del embarazo legal o por el contrario puede verse criminalizada, incluso cumplir pena de cárcel.
Las vivencias de la mujer frente a sus circunstancias hace que el aborto pueda vivirse como un alivio por resolver un problema de un embarazo que no se desea en ese momento o vivir con angustia, tristeza, ansiedad el proceso de la toma de decisión.
2. El peso de la cultura y la religión
La tradición religiosa sigue teniendo un peso muy importante en la sociedad mexicana, lo que está muy relacionado con la situación del aborto.
La maternidad para sociedades como la mexicana, es considerada fundamental para las mujeres y su rol como madre está muy ligado a la identidad femenina. Para la religión es un mandato divino la reproducción y por lo tanto, el aborto está muy asociado a la culpa y el pecado.
Pero las sociedades evolucionan al igual que lo hace al idea de lo que significa “ser mujer”. En el siglo XXI los avances en igualdad y autonomía de las mujeres hace que la maternidad no sea un valor absoluto, sino que se viva como una opción que debe ser elegida.
A pesar de esto, la tradición religiosa sigue teniendo mucho peso e influencia en el tema del aborto y la sexualidad femenina, por lo que aún queda mucho por avanzar.
