En la autoexploración mamaria tienes que observar todos los cambios de tu mama, puedes comprobar cualquier cambio en su superficie y en el pezón y sobre todo verificar que no hay secreciones en los pezones.
* Colocarse de pie frente al espejo (con un abuena iluminación), con los brazos colgando a lo largo del cuerpo. En esta postura puedes observar si hay bultos, depresiones o elevaciones anormales de la piel, cambios de color y forma del pecho o del pezón. Que un pecho sea más bajo o grande que el otro puede ser norma.
* Levanta los brazos hacia el techo, gira a la derecha e izquierda para ver si hay alguna alteración. Coloca las manos en la cadera, haciendo presión contra tu propio cuerpo y obsérvalas de nuevo.
* Recúestate en la cama boca arriba y pon tu mano izquierda bajo la cabeza y con la mano derecha palpa el pecho izquierdo. La finalidad es tocar bultos duros o si notas zonas dolorosas. Después haz lo mismo con tu brazo izquierdo y tu mama derecha.
* Con el brazo extendido a lo largo de tu cuerpo palpa el hueco de la axila para descartar ganglios.
* Aprieta un poco el pezón entre los dedos para ver si sale alguna secreción.
Tienes que acudir al ginecólogo, cuando en una autoexploración mamaria, notes una masa o engrosamiento en el seno, cambios en la apariencia de la piel del seno, secreción de los pezones que llegue a mojar el sostén o las sábanas, etc.
Lo ideal es hacerte una autoexploración mamaria cuando termines con la menstruación. Por los menos que pasen un par de días después de tu regla. Por que si lo haces durante el periodo es posible que te palpes unos nódulos que no indican que tengas nada, simplemente son producto del efecto de los estrógenos sobre la mama.