Los riesgos de una relación sexual sin protección siguen siendo los mismos, básicamente embarazos no deseados y las ETS. De hecho, cuánto más joven es un adolescente, menos percepción de riesgo tiene ante ciertas actividades, cosa que es inherente a su edad y su madurez.
La mayoría de adolescentes en sus relaciones amorosas no suelen ser muy duraderas, lo que hace que cambien con frecuencia de pareja. Además hay que sumar la poca información sobre orientación sexual que han recibido, lo que conlleva un escaso uso de anticonceptivos de manera adecuada. Su fuente principal de información suelen ser amigos y redes sociales.
Los embarazos en adolescentes menores de 18 años son un fracaso, ya que con esa edad ni las chicas ni los chicos están preparadas para afrontar lo que significa ser padres, tanto desde el punto de vista de su madurez ni por la independencia económica que se necesita para ello. Sin embargo, cuando se pregunta a un adolescente que qué cree que le puede pasar si tiene relaciones sexuales sin protección, la gran mayoría afirma que pueden quedarse embarazados. Sin embargo, son pocos los que dentro de esos riesgos incluyen las enfermedades de transmisión sexual, las cuales pueden aparecer sin ser necesario el sexo con penetración.
Los motivos por los que los adolescentes no utilizan anticonceptivos en todas sus relaciones son varios, como que confían en la otra persona, por que creen que no corren ningún riesgo, porque no disponen del condón en ese momento o porque no me le da tiempo a colocarlo.
La mayor tasa de enfermedades de transmisión sexual se dan en gente joven, sobe todo por el tipo de relaciones interpersonales que tienen.
El condón debería ser el anticonceptivo ideal para los adolescentes, ya que además de ser anticonceptivo, previene del contagio de las ETS. Debe emplearse de manera adecuada, y aquí es donde los adolescentes pueden fallar, ya sea por inexperiencia o por ese ímpetu que algunos comentan y que hace que no se lo pongan cuando llegan al coito.
Hay muchos tipos de anticonceptivos orales que se pueden utilizar durante la adolescencia. Es un método eficaz y la mayoría de las adolescentes lo utiliza de manera adecuada, aunque siempre existe el riesgo de algún olvido, pero uno de los inconvenientes de los anticonceptivos orales es que ponen toda la responsabilidad del método en la mujer, cuando esta responsabilidad debería ser compartida.
Desde hace años se promueve la doble protección en adolescentes, lo que se conoce como doble método, es decir, el empleo tanto del condón por parte del chico como de la pastilla anticonceptiva por parte de la chica. Las ventajas de emplear dos métodos en esta edad son que se conseguiría protección contra las ITS, se haría participe al chico en la responsabilidad de mantener relaciones sexuales seguras y, en el caso de que uno de los dos métodos fallara quedaría el otro para proteger de un embarazo no deseado.