Durante mucho tiempo el himen ha sido un tema crucial para el estigma de las mujeres sobre su sexualidad, sin embargo, muchas de las cosas que se comentan alrededor del himen son solo mitos que debes olvidar. A continuación te comentamos algunos de los mitos sobre este tejido:
Esto no tiene ningún sentido, ya que si el himen fuera una “tapa” no sería posible la realización de nuestra menstruación, ¿no?
Otra cosa a tener en cuenta es que el himen tiene formas distintas: pueden existir algunos con forma de “dona”, otros tienen un orificio en la parte superior, otros en la mitad e incluso hay algunos que tienen varias perforaciones.
Algunas mujeres nacen sin himen y además en medida en que crecemos nuestro himen también cambia e incluso puede volverse más delgado.
De hecho, el himen se puede desgastar y rasgar sin tener relaciones sexuales, podría bastar solo con correr, saltar, montar una bicicleta o un caballo. Cuando somos adolescentes y empezamos nuestro período, los tampones o la masturbación también pueden causar que se rompa.
No todos los hímenes tienen porque romperse al tener relaciones sexuales con penetración. Como lo vimos anteriormente, los hímenes tienen formas distintas y algunas de las aberturas del himen pueden tener un tamaño cómodo para que el pene pueda entrar sin romperlo.
El himen es flexible y puede acomodarse a un pene, dedos o incluso a la copa menstrual, por lo que si se rasga, ya que el tejido es muy delgado es probable que no sientas nada. En cuanto al sangrado, este punto es muy relativo, ya que no es una norma que todas las mujeres tengan que sangrar cuando tienen relaciones sexuales y de ser así, suele ser un sangrado muy leve, por lo que no tienes que preocuparte por ello.
En cuanto al dolor, tal vez vale la pena que sepas que la vagina está diseñada para que las relaciones sexuales no duelan (si experimentas dolor puede ser un problema médico y es recomendable asistir a un médico), ya que esta puede expandirse hasta 200% cuando estás excitada.