La sexualidad es un tema muy complejo y aún en edades adultas existen personas que aún no tienen una vida sexual plena y gran parte de ello se debe a que cuando se tienen las primeras relaciones sexuales, no tenemos información para practicar relaciones sexuales. Por otro lado, existen personas que ganan confianza y conocimiento de sus gustos con la experiencia y la madurez. Cuando comenzamos a tener vida sexual activa es muy importante informarte para evitar relaciones tóxicas que nos hagan sentir mal o reprimida, por ello aquí dejamos algunos consejos que nos hubieran encantado saber cuado empezamos a tener relaciones sexuales o quizá que aún podemos aprender ahora:
Tener nuevas experiencias en el plano sexual es muy importante, pero no siempre es sencillo decidirse a hacerlo. Existen muchas formas de probar cosas nuevas: si tienes una pareja estable, ambos pueden hablar de lo que les gusta, aunque también puedes hacerlo tú sola por medio de la masturbación o el uso de algún juguete sexual. Sea como sea, experimentar puede ser una experiencia divertida siempre y cuando lo que hagas te sientas cómoda.
Muchas veces, durante las relaciones sexuales, con la calentura del momento, pueden suceder cosas con las que no te sientas cómoda y si esto sucede debes comunicarlo de inmediato, el placer proviene de un lugar cómodo y seguro, por lo que si no sientes alguna de estas cosas debes decirlo sin ninguna pena. De esa forma sabrás cuáles son tus líneas rojas y podrás poner límites para preservar tu bienestar y placer.
A veces se propician situaciones donde conoces a alguien en una fiesta, un bar o incluso en una primera cita o la primera vez con tu pareja. En cualquier de estos casos es crucial hacer preguntas importantes a una pareja sexual que no conoces bien como si se ha hecho algunas pruebas de ETS o VIH recientemente o cualquier otra cosa que consideres que sea importante para sentirte cómoda y segura.
En muchas ocasiones las mujeres nos vemos comprometidas a hacer algo que no queremos hacer, ya sea porque nos da pena decir que no o porque pensamos que al negarnos podríamos decepcionar a la otra persona. Sin embargo, esto no es sano ni para ti ni para la otra persona que se crea una idea falsa de lo que te gusta, así que lo mejor es decir que NO te apetece y si aun así la otra persona insiste en hacerlo, vete de allí. Tu bienestar es mucho más valioso que complacer a otra persona.
Esto está ligado con el punto anterior. Si has accedido a hacer algo con lo que creías que podrías sentirte cómoda, pero tras intentarlo descubres que no te gusta, es totalmente válido cambiar de opinión y decir que ya no quieres continuar. Recuerda que la seguridad y tu bienestar son los ingredientes fundamentales para tener relaciones sexuales plenas y placenteras.
Cada persona tiene una sexualidad única, por mucho que alguien más quiera aconsejarte como debes actuar o sentirte en relación con el sexo, solo tú sabrás lo que te gusta y no. El camino que recorras y el aprendizaje que obtengas será totalmente distinto al de otras personas y sobre todo personal.