El herpes genital es una infección de transmisión sexual (ITS) que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de su prevalencia, sigue siendo un tema malentendido y estigmatizado. En este post, desmitificaremos el herpes genital, explorando sus causas, cómo se contagia y proporcionando consejos sobre cómo proteger tu salud y la de tu pareja.
El herpes genital es causado por dos tipos de virus: el herpes simple tipo 1 (HSV-1) y el herpes simple tipo 2 (HSV-2). Ambos tipos pueden causar llagas en los genitales, pero el HSV-2 es más comúnmente asociado con el herpes genital.
Se transmite principalmente a través del contacto sexual con una persona infectada. Esto incluye relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Los virus pueden estar activos o inactivos, y el contagio puede ocurrir incluso si no hay síntomas visibles.
Los síntomas del herpes genital incluyen llagas, picazón, ardor y dolor en la zona genital. Un profesional de la salud puede diagnosticar el herpes genital a través de pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y cultivos de las lesiones.
La abstinencia sexual y el uso consistente de preservativos son formas efectivas de prevenir el contagio del herpes genital. Si tienes la infección, tomar medicamentos antivirales puede ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los brotes y la posibilidad de transmitir el virus.
El herpes genital no debe ser estigmatizado ni malentendido. Comprender sus causas y cómo se propaga es esencial para proteger tu salud sexual y la de tus parejas. La prevención y el manejo responsable son clave. Si tienes preocupaciones o sospechas de una infección, no dudes en hablar con un profesional de la salud.